A veces queremos algo nuevo.

Una relación nueva.

Un proyecto nuevo.

Paz. Claridad. Abundancia. Prosperidad.

Pero no hay espacio.

Todo está ocupado.

Por lo viejo.

Por lo que ya no somos.

Por lo que ya no te representa.

Por lo que no queremos soltar.

Y entonces pedimos, y nada llega.

No porque no lo merezcamos.

Sino porque no cabe.

Porque el lugar ya está lleno.

Lleno de cosas que hacer, de apegos, de objetos, de miedos.

Lleno de hábitos que nos desconectan.

Lleno de creencias que ya no nos representan.

A veces, crear espacio es más importante que seguir buscando.

Porque DIOS, el universo y la vida no necesitan más pedidos.

Solo necesitan espacio para entregar.

Pregúntate:

¿Qué en mi vida ya no necesito, me sostiene o me representa y necesita ser liberado?

Si puedes, suéltalo.

Crea un poco de espacio. Vacía esa parte de ti.

Porque lo que estás esperando, también te está buscando.

Pero necesita espacio para entrar.

Feliz día,