No se sana escapando. Se sana sintiendo.

Suscríbete

Únete gratis y recibe CARTAS llenas de reflexiones profundas y transformadoras sobre el vivir consciente, la autenticidad, y cómo vivir alineado con tu propósito.

Recibe mis cartas

Hay personas que no escuchan aunque les grites.

Hay quienes se pasan la vida llorando, quejándose, lamentándose.

“No tengo esto”, “nadie me entiende”, “¿por qué me pasa esto a mí?”.


Pero cuando les dices la verdad… no la pueden escuchar.

Aunque se la cantes.

Aunque se aprendan la bendita canción.


No es que no sepan.

Es que no quieren.

Porque saber implica cambiar.

Y cambiar es más difícil que quejarse.


Y esto no lo digo desde un pedestal.

Lo digo porque yo también he sido esa persona.

La que se sabía el discurso espiritual,

la que se repetía las afirmaciones,

la que entendía todo mentalmente,

pero en el fondo…

Seguía haciendo lo mismo que me hacía daño.


¿Por qué?

Porque hay alivios que anestesian.

Hábitos que aprendimos para sobrevivir, para lidiar con un dolor que no entendíamos.

Comportamientos y recursos que sí nos ayudaron en su momento

Hasta que dejaron de hacerlo.

Y ahí es donde muchos nos quedamos atrapados:

en el loop.

Repitiendo una y otra vez.

lo que ya no sirve,

lo que ya no ayuda,

lo que ya no somos.


Romper el loop es un acto de amor propio.

Pero también es incómodo.

Porque dejar lo que alivia el dolor inmediato te obliga a sentir lo que hay debajo.

Y lo que hay debajo duele.


Duele no sentirse bien con la vida que uno está viviendo.

Duele mirar de frente la incoherencia entre lo que soñamos.

y lo que permitimos y hacemos.

Duele reconocer que nos traicionamos por costumbre.


Pero ese dolor no se sana escapando.

No se sana anestesiándolo con distracción, con sustancias, con comida, con redes, con sexo, con drama, con trabajo, y tampoco con más contenido espiritual que nunca se integra.


Ese dolor se sana atravesándolo.

Sintiéndolo con el cuerpo entero.

Mirándolo a los ojos.

Y permitiendo que nos enseñe, que nos transforme.

"El dolor que se siente, se libera.

El dolor que se evade, se queda".

¿Qué puedes hacer ahora si reconoces que estás en ese loop?


1. PÁRATE

No sigas haciendo lo mismo esperando resultados distintos.

Sé brutalmente honesto contigo.


2. AGRADECE

Agradece esas estrategias que te protegieron.

No las rechaces, honralas, y déjalas ir con consciencia y amor.


3. PREGÚNTATE:

¿Qué me está gritando mi corazón que aún no me he atrevido a escuchar?


4. SIENTE

Deja que todo lo que has estado evitando se exprese.

Llora, grita, escribe, baila. Hazlo conscientemente.


5. COMPROMÉTETE

No a ser perfecto.

Sino a ser real.

A caminar con el corazón abierto.

Aunque duela.

Aunque no sepas cómo.

Porque eso es lo que va a cambiar tu vida.

Es por eso que en este momento, aquí y ahora, mi mensaje para ti es este:

No te sigas traicionando.

Para toda estrategia de escape. Siéntelo todo. Haz el duelo.

Y vuelve a ti.

Nos vemos ahí.


Estoy aquí para acompañarte. Hasta el próximo domingo.

Con amor crudo y verdad,

MEDITA: Aprende a meditar y crea una sólida práctica meditativa desde cero. Regístrate aquí: https://academia.nilodelmonte.com/medita

EL PODER DE SER TÚ: Abrazando tu autenticidad para una vida plena. Conéctate con tu verdadero ser y vive una vida alineada con tu esencia.

Regístrate aquí: https://academia.nilodelmonte.com/autenticidad

Suscríbete

Únete gratis y recibe CARTAS llenas de reflexiones profundas y transformadoras sobre el vivir consciente, la autenticidad, y cómo vivir alineado con tu propósito.

Recibe mis cartas


www.nilodelmonte.com - Nilo del Monte ®