Hoy quiero hablarte sobre algo que ha estado muy presente en mi mente últimamente: la importancia de seguir aprendiendo.

A veces sentimos que estamos dando todo de nosotros, que estamos poniendo el corazón y el alma en nuestro trabajo o en nuestra vida… y aun así, los resultados no llegan como esperamos. Eso puede sentirse frustrante.

Pero, ¿Y si el problema no fuera el esfuerzo, sino las herramientas que usamos o las habilidades que necesitamos desarrollar?

He estado dándome cuenta de que muchas veces el límite no está en nuestra capacidad o en nuestra intención, sino en las herramientas que aún no sabemos cómo usar o en las habilidades que necesitamos perfeccionar.

Es como querer construir una casa con solo un martillo y algunos clavos, sin los planos o las herramientas necesarias para sostener la estructura. El esfuerzo está ahí, pero falta el conocimiento técnico y las herramientas que pueden hacer la diferencia entre intentarlo y lograrlo.

Por eso, es clave recordar que estudiar y aprender es parte del proceso de expansión. No es que no seas suficiente o que no estés haciendo lo suficiente. Puede simplemente ser que hay herramientas que aún no has descubierto o no sabes cómo manejar para lograr lo que quieres. Y eso está bien. El aprendizaje es una parte natural de nuestra evolución.

Te cuento algo personal. Ahora mismo estoy aprendiendo un nuevo sistema de producción musical — uno más eficiente, que también me permitirá presentarme en vivo con más independencia.

Se siente como empezar de nuevo, como regresar a la escuela. Y la verdad es que es desafiante. Me siento torpe a veces, como si no supiera lo que estoy haciendo. Pero aun así, lo estoy haciendo. Porque sé que mi mejor versión lo necesita.

Uno de mis sueños es cantar más en vivo, viajar a diferentes países y compartirme con todo el que quiera escucharme. Pero organizar giras y conciertos no es tarea fácil. Depender de otros músicos, que estén disponibles y puedan acompañarme, es complicado porque cada uno tiene su propia vida y sus planes.

Así que decidí que no voy a dejar que esa limitación me frene. Estoy aprendiendo un sistema que me permita presentarme en vivo solo, con o sin otros músicos que me acompañen. De esta forma, me aseguro de poder ir a cantar donde quiera y cuando quiera, sin que la disponibilidad de otros determine mi capacidad de compartir mi música.

Ahí está la clave: cuando aprendes una nueva herramienta, amplías tus posibilidades. No se trata solo de trabajar más o esforzarte más, sino de ser estratégico y abrirte a aprender aquello que te permitirá moverte con más libertad y expresarte con autenticidad en el mundo.

Aprender algo nuevo es incómodo porque te saca de lo conocido, de lo fácil, de lo seguro. Pero también es ahí donde ocurre la expansión. Cuando decides que la incomodidad temporal vale la pena porque lo que viene después será más grande, más auténtico y más alineado con lo que realmente deseas.

Dedicar tiempo a estudiar un nuevo sistema, a entender una nueva metodología o a perfeccionar una habilidad no solo mejora el resultado de tu trabajo, sino que también te conecta más profundamente con tu propósito.

Cuando aprendes a usar mejor tus herramientas, puedes crear con más libertad, con más autenticidad y, sobre todo, con más impacto.